Cuando en Cuba triunfó la revolución, con las primeras leyes y transformaciones sociales, las grandes y medianas industrias, empresas y servicios básicos comenzaron a ser
boicoteados de las más diversas formas: piezas destruidas o desaparecidas, equipos
rotos y carencia de piezas de repuestos. Asi reaccionaron los dueños y magnates, que se veían
impotentes ante la nacionalización de empresas extranjeras y confiscación de
bienes malversados.